«Rusia está llevando a cabo una guerra híbrida para promover sus intereses»
DW –
Además de la guerra en Ucrania, Rusia «está jugando su juego por todas partes», advierte Christoph Heusgen, presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich, en entrevista con DW.
DW: En su discurso de apertura en la Reunión de Líderes de Múnich, en Bucarest, el presidente rumano Klaus Iohannis señaló que la región del mar Negro ha sido, durante mucho tiempo, el objetivo principal del comportamiento agresivo de Rusia. ¿Qué debería hacer la OTAN en la región desde un punto de vista militar, para desalentar a Rusia?
Christoph Heusgen: El presidente rumano está en lo correcto. En los últimos años, la OTAN no se ha concentrado lo suficiente en el mar Negro. Todos teníamos puestos los ojos en el mar Báltico, donde también vemos la agresión de Rusia. Pero, ahora, la guerra rusa contra Ucrania ha puesto al mar Negro en el foco de nuestra atención. Sí, tenemos que ser mucho más activos en la región, pero pienso que es una señal que estemos realizando la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN en Bucarest, y también la Conferencia de Seguridad de Múnich está albergando por primera vez aquí a la Reunión de Líderes de Múnich. Pienso que el deseo del presidente de atraer más la atención hacia la región está siendo escuchado ahora por los socios.
¿Debería Ucrania intentar recuperar Crimea (anexionada por Rusia en 2014)?
Crimea es, claramente, parte de Ucrania, y Ucrania tiene todo el derecho a recuperar y reconquistar su territorio, por eso es quien decide sobre ello. Alemania ha tratado con mucho esfuerzo de resolver por medios diplomáticos los desafíos que se plantearon cuando Rusia invadió por primera vez Crimea, en 2014 y 2015. Tratamos de conseguir una solución diplomática con los acuerdos de Minsk.
Ahora, Rusia ha dejado de lado todos esos esfuerzos. Rusia ha sido muy agresiva, ha sido responsable de la muerte de decenas de miles de personas. Si vemos cómo han destruido Mariúpol, hicieron lo mismo que en Grozny [N.d.l.R.: la capital chechena, casi arrasada a finales de 1999 y principios de 2000 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin]. Desde esa perspectiva, tenemos que apoyar plenamente a los ucranianos, y si los ucranianos pueden reconquistar Crimea, debemos apoyarlos.
¿Qué tiene la OTAN para ofrecerle al país vecino en el suroeste de Ucrania, Moldavia?
En esta fase debemos apoyar a Moldavia. Los moldavos también son víctimas de la agresión rusa. Son víctimas porque tanta gente de Ucrania abandonó su país y buscó refugio en Moldavia, que ha prestado mucha ayuda. Es uno de los países más pobres de Europa. Y, lo que es más importante, Rusia está jugando su juego por todas partes, pero en Moldavia está aumentando los precios de la gasolina, complicándoles la vida a los moldavos. Los rusos están tratando de chantajear, están tratando de recuperar a Moldavia en su esfera de influencia, y es por eso que tenemos que apoyar a Moldavia por todos los medios, pero particularmente en este momento, con medios económicos.
¿Se puede reducir o detener por completo la guerra híbrida en Europa, por ejemplo, en cuanto a la propaganda rusa y al chantaje con el gas?
Durante los últimos años, hemos visto que Rusia está llevando a cabo una guerra híbrida para promover sus intereses. Hemos hablado con Estados Unidos, que dice que la elección de Donald Trump como presidente en 2016 fue también, al menos en parte, el resultado de la interferencia rusa. Observamos esto en todas partes, y tenemos que ser más vigilantes. Algunas veces hemos sido demasiado ingenuos. Todos estamos a favor de la libertad de los medios, pero si se está utilizando la propaganda a un nivel en el que ya no hay objetividad, sino solo la promoción de los intereses de un dictador, de alguien que está cometiendo crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, debemos detener eso.
¿Es posible hacer eso?
Pienso que se pueden hacer muchas cosas. En primer lugar, no se debería permitir la propaganda, tenemos que luchar contra ella. Y luego, debemos fortalecer la resiliencia, y eso empieza con la educación. En el mundo actual, necesitamos enseñarles a los niños en la escuela cómo lidiar con las redes sociales, cómo distinguir las noticias falsas de las noticias bien balanceadas e investigadas, de modo que hay mucho por hacer aún en lo educativo.
¿Qué se debe hacer contra Rusia en los Balcanes, donde Serbia es su aliado histórico? Y también en otros países de Europa del Este, donde Rusia está presente e influye a través de la propaganda y la Iglesia Ortodoxa.
Esto lo vemos, y tenemos que ser mucho más activos, estar mucho más presentes allí. A veces duele mucho ver que la gente alaba a Rusia e incluso se manifiesta a favor de Rusia en países donde el inversor más importante, el socio comercial más importante, es la Unión Europea. Creo que debemos mejorar mucho a la hora de demostrar públicamente lo que está haciendo Europa. En países donde Rusia es popular, y donde no se la condena por lo que está haciendo en Ucrania, tenemos que ser más activos, también fuera de Europa.
Uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos es que en muchos países del llamado sur global, las personas ven el conflicto entre Ucrania y Rusia con una perspectiva equidistante. Y creo que tenemos que dejar muy claro que lo que Rusia está haciendo en Ucrania no es una continuación del conflicto Este-Oeste, sino que lo que tenemos allí es una flagrante violación del derecho internacional.
Según la Carta de la ONU, Rusia está incurriendo en una ruptura de la civilización, y tenemos que dejarlo muy claro. Pero solo podemos hacerlo si nosotros, como Unión Europea, como Estados individuales, somos mucho más activos en los países, desde los Balcanes Occidentales hasta Asia, África y América Latina.
Como diplomático con vasta experiencia, ¿cuándo cree que es el mejor momento para iniciar negociaciones y detener la guerra?
Como dije antes, hemos intentado todo con Rusia para resolver la crisis de Ucrania por medios diplomáticos. Putin decidió emprender acciones militares. Y entiendo a los ucranianos que dicen: ‘No podemos firmar un acuerdo con Rusia, porque Rusia no se adhiere a ningún acuerdo que haya firmado en el pasado’. Fue Rusia quien firmó el Memorando de Budapest en 1994, cuando dijo: ‘Bueno, si Ucrania renuncia a las armas nucleares estacionadas en su territorio, nosotros garantizamos la integridad territorial de Ucrania, su soberanía’.
En ese momento, el hoy ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, era el embajador de la ONU, e insistió en que este Memorándum de Budapest se convirtiera en un documento del Consejo de Seguridad. Hay que entender que no podemos pedir a los ucranianos que firmen un acuerdo con Serguei Lavrov, porque sabemos que es un mentiroso. Y, por lo tanto, lo que necesitamos, en primer lugar, es que los ucranianos tomen la iniciativa, que decidan cuándo es el momento de llegar a un acuerdo. Y cuando piden garantías de seguridad, creo que tenemos que proporcionar esas garantías de seguridad a Ucrania.
(cp/rml)