Muere la cantante Tina Turner, la reina del rock, a los 83 años
La cantante Tina Turner ha fallecido este miércoles a los 83 años, según ha informado su portavoz y ha sido recogido por la prensa internacional. En un comunicado han informado de que que la ‘reina del rock’ ha muerto después de una larga enfermedad en su casa en Kusnacht (Suiza) y que “el mundo pierde una leyenda de la música y un modelo a seguir”. La artista vivía en este país desde 1994 con su marido, el productor musical alemán Erwin Bach, con quien se casó por el rito budista en el año 2013 tras casi 30 años de relación. En 2013, adquirió la nacionalidad suiza.
Turner fue una de las voces más características de la música: salvaje, desenfrenada, carismática, potente. Como una leona, era una de las comparaciones recurrentes. Comenzó su carrera a mediados de los años 50 haciendo rhythm and blues junto a su primer marido, Ike Turner, con quien tuvo un gran éxito. Pero la verdadera revolución llegó al reconvertir su carrera como solista en los años 80, en la masculinizada escena del rock, la cual conquistó gracias a grandes canciones como We Don’t Need Another Hero y The Best.
La cantante ha estado presente en la escena musical durante décadas, incluso para las nuevas generaciones gracias al éxito de Tina: el musical de Tina Turner, realizado en colaboración con ella y que también se representó en la Gran Vía de Madrid durante un año y medio. La última edición discográfica de la cantante ha sido una edición deluxe y remasterizada de su disco Break Every Rule de 1986, publicada el pasado mes de noviembre. En ella se incluye también el legendario concierto que ofreció en Rio de Janeiro donde batió el récord mundial de audiencia en 1988, con 182.000 espectadores en el estadio de Maracaná.
También en 2022 se publicaron sus memorias La felicidad nace en ti. Una guía espiritual que cambiará tu vida (Luciérnaga) sobre el viaje espiritual que supuso para ella el aprendizaje y las prácticas budistas. En estas páginas desvelaba detalles de una vida llena de obstáculos: una infancia infeliz, el abandono, un matrimonio violento, una carrera estancada, la ruina económica, múltiples enfermedades o la muerte prematura de familiares.
Una infancia y una juventud marcada por los abusos
Anna-Mae Bullock, el nombre verdadero de Tina Turner, nació el 26 de noviembre de 1939 en Nutbush (Tennesse). Tenía 11 años cuando su madre la abandonó, huyendo de los abusos de su marido. A los 16, decidió ir en busca de su madre a St. Louis, para vivir allí con ella y su hermana.
Fue Ike Turner quien le cambió a Anna-Mae el nombre. La conoció en 1956 e, impresionado por su voz, le pidió que subiera a cantar al escenario con su banda, The Kings of the Rhythm. No mucho después, el grupo pasó a ser Ike & Tina Turner y la pareja se casó en 1962. En los años 60, su éxito fue fulgurante, no solo por las canciones y las voces, sino también porque el visionario productor Phil Spector trabajó con ellos su característico “muro de sonido”, un tipo de producción reverberada que sin duda definió el sonido de la época.
En el emblemático año 1969, en el que los británicos Rolling Stones asaltaron Estados Unidos, Ike & Tina actuaron de sus teloneros, lo que fue un gran espaldarazo. El matrimonio hizo suya, en una jugada maestra, una versión del Come Together de los Beatles, que se había lanzado ese mismo año, y con la que Tina se movía “como una serpiente” por el escenario. Pero también se recuerda mucho I’ve Been Loving You Too Long, de Otis Redding, cuya actuación se puede ver en Gimme Shelter, la película que se rodó en el mítico concierto de Altamont, que acabó en tragedia, donde Tina acaricia de una manera escurridiza, nerviosa, el micrófono mientras canta. Tras estos conciertos, las revistas dijeron que la imagen de Tina era “la de una leona en celo”. Las metáforas de animales salvajes han funcionado para la cantante desde el principio de su carrera.
Pero Ike era un controlador, un dominador, un maltratador y, además, un adicto a la cocaína. De esa vida, Tina intentó escapar con una sobredosis de tranquilizantes. Las subidas y las bajadas fueron constantes en aquellos años, según avanzaba la década de los 70. Grabaron su gran éxito, Proud Mary, una versión de la Creedence Clearwater Revival que les lanzó hacia el Grammy a la mejor actuación de r’n’b en 1971. En manos de Ike y de Tina, la canción de la Creedence se estira, se narra como una historia, se cuenta a sí misma. La propia Turner anticipa: “Vamos a tomar el comienzo de esta canción y hacerlo fácil pero luego vamos a por el final para hacerlo bravo”. Y así es como lo hacen, de la sencillez a la locura.
Cuando Tina consiguió el papel de Reina Ácida en Tommy, la película musical de los Who de 1975, casi estaba a punto de desatarse. Como una fiera, guía enfervorecidamente a Roger Daltrey hacia la locura del LSD. Solo un año después, Tina planta a Ike de golpe justo antes de coger un avión. Se fue con 36 centavos en el bolsillo y una tarjeta de crédito a un motel al otro lado de la carretera.
Tras el divorcio, la nueva Tina surge en 1978, con su tercer disco en solitario y una nueva década, la de los 80, esperándola con ganas a la vuelta de la esquina, un territorio virgen donde ella sería la reina. Simbólicamente, en 1981, volvió a ejercer de telonera para los Rolling Stones y, al poco, se convirtió en una de las primeras artistas afroamericanas en aparecer en el nuevo resorte de la industria musical que movería los hilos de la fama: la cadena de televisión musical MTV.