Muere Hank Skinner, tras pasar 30 años en el corredor de la muerte en Texas y clamar su inocencia
DW –
El estadounidense Hank Skinner murió el 16 de febrero en un hospital de Galveston en Texas, a la edad de 60 años, tras haber pasado 3 décadas en el pasillo de la muerte. Condenado por un triple asesinato cometido en 1993, Skinner nunca dejó de clamar su inocencia y cinco veces se salvó de ser ejecutado. El 13 de septiembre de 2023 estaba previsto que fuera ejecutado.
Hank Skinner murió por «causas naturales», según declaró el portavoz de la prisión estatal de Texas, Robert Hurst, citado por la agencia Associated Press.
Según un comunicado de sus abogados, Henry W. «Hank» Skinner falleció el 16 de febrero en un hospital de Galveston (Texas) por complicaciones derivadas de una intervención quirúrgica realizada en diciembre 2022 para extirparle un tumor cerebral.
Su caso tuvo especial resonancia en Francia, ya que estaba casado con la francesa Sandrine Ageorge-Skinner. Ella contrajo nupcias con Hank Skinner en 2008, luego de haber mantenido una correspondencia con el condenado desde 1996. Su esposa es una figura de la abolición de la pena de muerte y luchó sin descanso para obtener la liberación de su marido.
Skinner se libró de ser ejecutado en 2010, in extremis, 20 minutos antes de la inyección letal, por una decisión del Tribunal de Apelaciones de Texas, el estado donde estaba encarcelado, autorizando que se hicieran pruebas de ADN. Sin embargo, estas pruebas no bastaron para exculparlo y estaba previsto que fuera ejecutado el 13 de septiembre de 2023.
Attorneys for Henry «Hank» Skinner have released a statement about his death this morning from complications following surgery in December. Skinner spent more than 27 years on death row for a crime he staunchly maintained he did not commit. https://t.co/s6ajEy5Js5
— TCADP (@TCADPdotORG) February 16, 2023
«No quiero acabar mis días aquí»
Fue condenado a muerte en 1995 por el triple asesinato, el 31 de diciembre de 1993, de su entonces novia, Twila Busby, y los dos hijos de ésta. Skinner nunca negó haber estado en la casa donde murieron los tres, pero alegó que estaba inconsciente tras haber tomado alcohol y codeína (una substancia que se encuentra de forma natural en el opio).
Skinner logró que se hicieran pruebas de ADN adicionales al término de 13 años de procedimientos jurídicos y de haberse salvado in extremis de morir, tan sólo 20 minutos antes de la ejecución planeada. Sin embargo, más tarde, otro tribunal rechazó las pruebas, estimando que «no eran favorables al reo».
Hank Skinner por el contrario veía estos análisis de ADN como la «prueba irrefutable» de su inocencia, según declaraciones que hizo a la AFP en 2014.
Desde el 2015 Skinner se encontraba en la Unidad penitenciaria Polunksy de West Livingston, en Livingston, un pueblo a unos 130 kilómetros al norte de Houston, Texas.
El año pasado, había declarado desde la prisión donde se encontraba: «Soy optimista en que no voy a acabar aquí. Para empezar, nunca debieron haberme metido aquí».
Su historia ha inspirado a los medios de comunicación y al mundo del cine. Hank Skinner fue el protagonista de un episodio del programa de la CNN «Death Row Stories». El director de cine Jordan Feldman también relató su lucha en el documental «A Moment in the Life of Hank Skinner».