Lula busca revitalizar relaciones con España y aplacar las diferencias sobre Ucrania
RFI –
Luiz Inácio Lula da Silva realiza su primera gira europea de este nuevo mandato como presidente de Brasil y ya ha llegado a España tras una primera parada en Portugal durante el fin de semana, donde matizó sus comentarios de la guerra en Ucrania que le ganaron críticas de la comunidad internacional por su marcada postura equidistante.
El objetivo es relanzar la relación bilateral entre ambos países tras la pausa que puso a la política exterior el derechista Jair Bolsonaro y pese a las diferencias metodológicas en la búsqueda de paz para Ucrania. Algo que Lula busca con ambos países de la península ibérica, bastante alineados en cuanto a posturas, Madrid y Lisboa.
Lula necesita en esta gira desplegar buenos argumentos para limar las asperezas que ha causado en EE UU y en la UE su sugerencia de que están interesados en prolongar la contienda, planteada tras el principal aliado del presidente ruso, Vladímir Putin, en el conflicto. Su discurso se interpretó como más alineado con el bloque ruso-chino que con el occidental, lo que le restaría opciones para promover como país neutral una intermediación política.
En declaraciones a la antena de RFI, Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano ha señalado: «Lula se ha visto forzado a matizar algunas de sus afirmaciones sobre Ucrania…pero de todas maneras, creo que esta reacción tanto de EE.UU. como de la UE es producto de las demasiadas expectativas que se habían puesto en el retorno de Lula al poder. Hay alguna cuestión de matices con Bolsonaro pero la línea central de la diplomacia brasileña que apuesta por la neutralidad, el nacionalismo y convertir a Brasil en una potencia no ha cambiado»
Con esta visita a España se espera alcanzar la firma de varios acuerdos que se suscribirán entre ambas partes. Las naciones buscan alianzas en lo comercial, político y cultural. Brasil serviría, según las fuentes españolas, como un enlace hacia América Latina. España asumirá el primero de julio la presidencia semestral comunitaria, y Brasil la presidencia de Mercosur.
En el capítulo de los negocios, Brasil tiene muy presente que España es el segundo inversor directo tras EE UU y, en Portugal, el protagonismo es para los aviones de carga KC-390 que Lisboa le ha comprado a Embraer y que quisiera vender a otros países europeos. Este viaje de cinco días se enmarca en la ofensiva diplomática emprendida por Lula nada más ganar las elecciones para anunciar al mundo que Brasil está de vuelta, una vez cerrada la oscura etapa de Jair Bolsonaro, cuando la potencia latinoamericana vivió un aislamiento inédito.