Hombres tejedores deshacen la madeja del estereotipo en Estados Unidos

 Hombres tejedores deshacen la madeja del estereotipo en Estados Unidos
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RFI-

En un soleado domingo de marzo, un grupo teje mientras charla en un pequeño local de las afueras de Washington, nada extraño dado el renovado auge de este oficio en Estados Unidos. Salvo por un detalle: los participantes son hombres.

Son un puñado y forman el DC Men Knit, un club de hombres aficionados al tejido y el ganchillo que se reúnen dos veces al mes para crear bufandas, gorros y mantas en la capital estadounidense.

El objetivo de este encuentro es «ofrecer un refugio a los hombres para tejer juntos, compartir consejos, ayudarse, porque desde hace mucho tiempo tejer es visto como una actividad femenina», explica el coordinador del grupo, Gene Throwe.

En este acogedor ambiente, Throwe, gerente de una asociación de escuelas de enfermería, de 51 años, remata un suéter marrón con un sutil estampado dorado.

Como muchos de sus amigos, creció viendo tejer a su abuela. Y su nostalgia se convirtió en tristeza cuando se percató de que las nuevas generaciones no estaban tomando el relevo de las agujas.

Entonces, se dio cuenta de que él mismo podía ayudar a remediarlo: «¿Por qué esperar que sean las mujeres» las que mantengan vivas estas técnicas? «¡Yo puedo hacerlo también!».

Gene Throwe (centro), coordinador del grupo de tejido para hombres DC Men Knit, termina un suéter rodeado de otros integrantes del grupo en Alexandria, cerca de Washington, el 5 de marzo de 2023
Gene Throwe (centro), coordinador del grupo de tejido para hombres DC Men Knit, termina un suéter rodeado de otros integrantes del grupo en Alexandria, cerca de Washington, el 5 de marzo de 2023 © Agnes BUN / AFP

La estampa de un grupo de barbudos concentrados en sus puntos llama la atención, reconoce entre risas. «Las abuelas que pasan a menudo nos miran como si fuéramos marcianos».

– Tejido, riñonera y bermudas –

A lo largo de la historia, los hombres siempre han tejido, ya fuera como miembros de cofradías de tejedores en la Edad Media o escolares que, en Reino Unido y Estados Unidos, confeccionaban mantas para los soldados que partieron al combate de la Alemania nazi.

Ahora, la práctica de tejer entre hombres ha resurgido y vuelve a ser común.

Sam Barsky, con gafas y sonrisa amigable, riñonera en la cintura y bermudas a 3 °C, tiene casi medio millón de seguidores entre Instagram y TikTok.

El artista del tejido estadounidense Sam Barsky posa cerca de los árboles pintados del Oregon Ridge Park, que inspiraron el suéter que lleva puesto, en Cockeysville, este de Estados Unidos, el 8 de marzo de 2023
El artista del tejido estadounidense Sam Barsky posa cerca de los árboles pintados del Oregon Ridge Park, que inspiraron el suéter que lleva puesto, en Cockeysville, este de Estados Unidos, el 8 de marzo de 2023 © Brendan SMIALOWSKI / AFP

Le gusta definirse como un «artista del tejido» y no para de sorprender a los internautas con sus creaciones a dos agujas, jerseys de diseño único inspirados en paisajes, monumentos u obras culturales.

Las cataratas del Niágara o los rascacielos de Nueva York, las piedras de Stonehenge o la Torre Eiffel, pingüinos, robots y hasta el Mago de Oz son apenas algunos de los cientos de motivos que ha tejido.

Incluso dedicó un suéter a sus suéteres: reprodujo en él una treintena de motivos plasmados en su creaciones.

Su creatividad ilimitada le valió una exhibición en el Museo de Arte Visionario de Estados Unidos, en Baltimore.

Cuando las fronteras se cerraron con la llegada del covid-19, decidió reorientar su arte, cuenta a la AFP en el Oregon Ridge Park, al norte de Baltimore, en la costa este de Estados Unidos.

Sam Barsky posa con su suéter de pingüinos el 8 de marzo de 2023 en Cockeysville, Maryland, en el este de Estados Unidos
Sam Barsky posa con su suéter de pingüinos el 8 de marzo de 2023 en Cockeysville, Maryland, en el este de Estados Unidos © Brendan Smialowski / AFP

Allí inmortalizó en lana los troncos de los árboles de este parque, que habían sido simbólicamente pintados años atrás como reconocimiento a personas que habían superado su adicción a las drogas y el alcohol.

– Pandemia –

Para Narsky, la pandemia no tuvo solo malas consecuencias: su cuenta de TikTok, abierta en septiembre de 2020, atrajo rápidamente a más seguidores que los que había ido conquistando durante años en Instagram.

Y tras el confinamiento, sus grupos de tejedores «recibieron mucha más afluencia, porque mucha gente se había puesto a tejer en esa época», explica.

Michael Manning, un funcionario estadounidense jubilado, teje en Alexandria, cerca de Washington, el 5 de marzo de 2023
Michael Manning, un funcionario estadounidense jubilado, teje en Alexandria, cerca de Washington, el 5 de marzo de 2023 © Agnes BUN / AFP

Como amasar pan o hacer cerámica, tejer fue un refugio seguro contra el aburrimiento y la ansiedad de los primeros meses del coronavirus, en una dinámica que se replicó en casi todo el mundo.

De ello dan fe los tejedores de DC Men Knit. Para Gene, es una forma de «recuperar algo que puede ser moderno y útil»; para Devlin Breckenridge, un aficionado a los videojuegos de 48 años, es una actividad «un poco más creativa» que «matar monstruos virtuales»; para Michael Manning, de 58, es «simplemente muy relajante».

Y además, resume el «influencer» Sam Barsky, «tejer no es solo para las abuelas. Es para cualquier persona, de cualquier edad o género, que quiera y disfrute tejiendo».


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