Ayuda al norte de Siria tras el terremoto: ¿por qué ha tardado tanto?
DW –
La ayuda humanitaria ha tardado mucho en llegar a las víctimas del terremoto en el norte de Siria. Quienes excavaron entre los escombros con sus propias manos y perdieron a sus seres queridos quieren saber por qué.
Convoy con ayuda de Naciones Unidas para los refugiados en el norte de Siria. Aquí en Bab al-Hawa, el 9 de febrero de 2023
El 6 de febrero, día del terremoto, Ramadan Hilal y su familia salieron despavoridos de su casa en Jindires, en el norte de Siria. «Todos íbamos descalzos», cuenta a DW, «No hemos recibido ninguna ayuda hasta ahora», se lamenta.
Cuatro días después del terremoto llegó ayuda, pero la que ya estaba en camino antes del terremoto. En esta zona viven algo más de 4 millones de personas, en su mayoría sirios desplazados de otras partes del país durante la larga guerra civil. El lugar está controlado por varios grupos opositores al gobierno sirio. La mayoría de los civiles que viven en esta parte de Siria dependían de la ayuda humanitaria internacional para sobrevivir incluso antes de este último desastre.
Conseguir que la ayuda y los suministros lleguen a esta zona controlada por la oposición siria lleva mucho tiempo siendo una cuestión política. El régimen de Bashar al-Asad insiste en que toda la ayuda humanitaria debe canalizarse a través de Damasco. En la práctica, Asad ha utilizado la ayuda internacional para enriquecerse a sí mismo y a sus partidarios sacando tajada, a fin de asegurarse de que sus enemigos en las zonas controladas por la oposición se queden sin suministros.
A mediados de 2014, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) dispuso que las agencias humanitarias de la ONU y sus socios podían utilizar cuatro pasos fronterizos diferentes – dos a través de Turquía y uno a través de Jordania e Irak – sin pedir permiso al dictador Asad.
Guerra civil en Siria, invasión en Ucrania y terremoto
Pero la situación ha cambiado radicalmente debido al aumento del apoyo militar de Rusia a Asad a partir de 2015, y después de 2022, la invasión rusa de Ucrania ha aumentado las tensiones diplomáticas dentro del propio Consejo de Seguridad.
La idea de la ayuda transfronteriza al noroeste de Siria se ha convertido en una moneda de cambio política, en la que Rusia utiliza su puesto permanente en Naciones Unidas para apoyar al régimen de Asad y obtener concesiones de otros miembros del Consejo de Seguridad. A partir de 2020, y ante la insistencia rusa, el CSNU ha permitido que solo se utilice un paso fronterizo entre Turquía y Siria para las entregas de ayuda.
«El gobierno sirio es más que capaz de manipular las crisis de emergencia para expandir su control, y está dispuesto a hacerlo», dijo Jesse Marks, defensor para Oriente Medio de Refugees International, en declaraciones al Washington Post.
¿Culpa del dictador, la ONU, Turquía, Rusia y los rebeldes?
Al parecer, el gobierno turco había accedido a abrir otros dos pasos fronterizos ya el 8 de febrero, pero la ONU decidió esperar a que el gobierno sirio también accediera. «Cuando pregunté a la ONU por qué la ayuda no había llegado a tiempo, la respuesta que recibí fue: ‘burocracia'», escribió Raed Saleh, jefe del grupo de rescate de voluntarios sirios, los Cascos Blancos, quien sentencia: «Ante una de las catástrofes más mortíferas que ha asolado el mundo en años, parece que la ONU tenía las manos atadas por la burocracia».
«La lenta respuesta humanitaria a los terremotos [en el norte de Siria] (…) pone de relieve la insuficiencia del mecanismo de ayuda transfronteriza en Siria, establecido por el Consejo de Seguridad de la ONU, y la urgente necesidad de alternativas», señaló, por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW).
Es más: Human Rights Watch informó que grupos como Hayat Tahrir al-Sham habían hecho retroceder a los camiones porque se niegan a aceptar algo de un gobierno que los ha bombardeado, matado de hambre y disparado durante años. Lo mismo hicieron los combatientes de las milicias respaldadas por Turquía en otras partes del norte de Siria.
Además, se dieron a conocer informes de que las diversas milicias independientes que operan en la zona se llevaban una parte de los envíos de ayuda que pasaban por sus puestos de control, para poder distribuirla entre la población de sus propias zonas. Esa práctica también era habitual antes del terremoto. También se conocieron acusaciones contra el gobierno sirio de estar, asimismo, supuestamente implicado en el robo de ayuda humanitaria.
(jov/cp)