«Escoger entre cena de Navidad o de Fin de Año»: muchos en Nicaragua no podrán celebrar Nochebuena
VOA-Houston Castillo Vado-
Muchos en Nicaragua no podrán celebrar la Nochebuena debido a que lo que ganan no les alcanza. El salario mínimo de Nicaragua se ve superado por el aumento de los precios de la canasta básica.
Los ingredientes utilizados para preparar estos platillos típicos nicaragüenses, como por ejemplo las verduras, subieron de precio, y eso se refleja en el costo de la canasta básica, que para noviembre rondaba los 515 dólares, muy por encima del salario mínimo, que oscila en 270 dólares mensuales, según datos oficiales. En 2018, la canasta básica rondaba los 371 dólares.
Antonio Rodríguez, residente de un barrio oriental de Managua, dijo a la VOA que no se sumará este año a celebrar la Nochebuena debido a que no cuenta con los recursos económicos necesarios para ello.
“Mi familia la integran cinco personas: mi esposa, dos hijos entre los 22 y 25 años y otro de 14 años, y yo. Este año, debido a mis bajos ingresos, yo los reuní y les dije que debíamos escoger entre preparar cena de Navidad o cena de Fin de Año, y por mayoría todos prefirieron que mejor cocináramos para Fin de Año”, dijo Rodríguez.
La guerra en Ucrania, que ha afectado la economía mundial, es un elemento que se suma a otros en Nicaragua, donde el salario mínimo es uno de los más bajos de la región, señala el economista Enrique Sáenz. Pero hay otros factores “estructurales” y no necesariamente por la “conyuntura” de conflictos internacionales, dijo a VOA.
Por ejemplo, la tarifa de la energía eléctrica de Nicaragua es la más cara de Centroamérica, al igual que el combustible, dijo el economista.
La economía del país está controlada por lo que se llama “precios líderes”, que son pequeños grupos económicos básicamente asociados al poder y estos controlan el precio de algunos productos e incluso hasta servicios, aseguró.
Remesas ocuparán un papel clave
Algunos ciudadanos esperan festejar la navidad en Nicaragua apoyados por las remesas de sus familiares que emigraron.
Ese es el caso de Luisa Chavarría, de 32 años, cuyo esposo salió en 2018 a Estados Unidos.
“Mi esposo nos enviará a mí y a nuestros dos hijos 200 dólares para la cena del 24 de diciembre y para el 31. Con eso podré apoyarme”, dice esta mujer que trabaja de manera informal como ama de casa y recibe un salario aproximado de 150 dólares al mes.
Según estadísticas del Banco Central de Nicaragua, el país recibió un récord en remesas de enero a octubre estimadas en más de 2,500 millones de dólares, que representaron un crecimiento interanual de 77.1%.
Manuel Orozco, experto en remesas y desarrollo en Diálogo Interamericano, en Washington, valora que el costo de la vida en Nicaragua se ha encarecido debido en parte a la escasez de empleos e ingresos, en combinación con un aumento del costo del valor de los productos importados ante la poca productividad del país.
Las remesas ayudan a las familias nicaragüenses golpeadas en parte por “el desastre político que prevalece” en Nicaragua, dijo, “donde el Estado ha creado desconfianza en la inversión privada, la oferta crediticia y la inversión extranjera”.
Rodríguez, que tuvo que escoger entre la cena de Nochebuena o la de Fin de Año, dice que emigrar es una opción que está considerando para 2023, en caso de que la situación económica del país no mejore.
«Cada inicio de año marca un nuevo ciclo de esperanza, y lo que menos queremos es que la familia se desintegre. Más bien deseamos poder recuperar la tradición de tener una cena de Nochebuena, gracias a que la situación económica se nos mejore”, expresó.